sábado, 20 de octubre de 2012

Ejercicio 4. Descripción de un proceso



EL ESTORNUDO

No lo vi venir. Sin embargo,  para cuando el tipo estornudó, era ya demasiado tarde.
Estaba explicándome no sé qué historias sobre la inversión fallida de un proyecto minero en la provincia de Corrientes, cuando vi que la cara se le transformaba e iba ralentizando el relato hasta parar. Su rostro se estaba contrayendo en una mueca imposible: la boca abriéndose desmesuradamente, los ojos cerrados con saña, las aletas de la nariz exhibiéndose impúdicas... Y es fácil suponer qué sentía el pobre en ese instante preciso: la formación de una ola interna naciéndole en el cogote y barriendo el cerebro en su camino hacia la nariz. La insumisión de los sentidos espoleados por  una irrefrenable convulsión; una explosión incontenible provocada por el loco cosquilleo; y al fin un grito de vocales africadas envueltas en moco y baba; una lluvia de partículas proyectadas inocentemente sobre el rostro boquiabierto del que les habla... 
Saqué fuerzas de flaqueza y  respondí: -¡SALUD!

sábado, 29 de septiembre de 2012

EJERCICIO 1: COMUNICANDO

¿Qué nos cuenta este cartel?



El mensaje es claro, se trata de un cartel antitaurino (canal visual) que reclama la prohibición de las corridas de toros. El emisor es el Partido Animalista PACMA, http://www.pacma.es/, un partido político fundado en el 2003, contra el maltrato animal. Los receptores somos las personas que lo leemos, votantes potenciales. El contexto es el de un país como España, de larga tradición taurina dividida entre seguidores de la Fiesta Nacional y detractores de ella, que creen que hay que superar este  espectáculo trival más propio de la prehistoria que del siglo XXI.
En el cartel se combinan los siguientes códigos: por un lado aparece la leyenda: TAUROMAQUIA, ABOLICIÓN (código simbólico), por el otro una imagen impactante de un toro agonizando entre vómitos de sangre. 
En este cartel se utiliza una figura estilística llamada contraste o antítesis visual (función poética); la fotografía (icono) es en blanco y negro, pero  la sangre que mana del toro sigue siendo de color rojo. Este efecto visual confiere un gran dramatismo a la imagen e intenta conmover al receptor (función conativa o apelativa), transmitiéndole sensaciones de asco, dolor, sufrimiento, e impotencia, que es lo que siente el toro a manos del torero. Ese mismo recurso se descubre en la disposición de las dos palabras que aparecen enfrentadas, una es tauromaquia, en color blanco sobre fondo negro (la muerte),  y la otra es abolición, en rojo también sobre fondo negro. Las letras rojas nos sugieren la prohibición, recordemos el rojo de la señal de prohibido el paso o el rojo de los semáforos (valor simbólico de los colores). En el fondo de la imagen adivinamos dos elementos más: una soga tirada por alguien a quien solo vemos las zapatillas y el borde de los pantalones. La soga está atada alrededor de los cuernos del toro que va a ser retirado de la plaza. 
La imagen del toro a los pies del hombre nos habla de la humillación y la dominación del toro y a la vez de la bravura, valentía y dominio del torero. Es un espectáculo por el que ciertas personas pagan, con ello se divierten, se emocionan sin darse cuenta de que se trata de una lucha desigual.  La muerte del toro habla de la estúpida vanidad del hombre. Solo sirve para alimentar el sadomasoquismo de algunos, apenas disimulado bajo el megalítico argumento de la tradición.

Carta de intenciones



Este curso se presenta interesante. Para empezar hay un buen grupo de trabajo.  
La idea es que entre todos vayamos descubriendo el poder de la palabra. Pondremos a prueba nuestra propia capacidad creativa, nos soltaremos la melena, nos lanzaremos al ruedo... Además intentaremos desentrañar las claves del discurso: ¿por qué hay textos que nos seducen?, ¿cómo se manipula al receptor?, ¿qué recursos, qué estrategias se utilizan?... ¡Ah!, y no dejaremos de ir enriqueciendo nuestro caudal léxico con nuevas palabras recogidas de aquí y de allá. 
Nuestros aliados para esta andadura serán: ojos, voz, bolígrafo, papel, pantalla y teclado..., y, por supuesto, una buena dosis de entusiasmo.
¡Estamos preparados!